martes, 24 de junio de 2008

Mi primer día en el XXXVII Congreso del IILI (2a parte)

11: 29 hrs.

Sé que la lectura casi llega al final, pero eso es lo de menos... tengo hambre, quisiera estar en mi cama drogada hasta el tuétano de buena música... Beethoven, tal vez ... luego, galletas de chocolate... no saber nada del mundo y fundirme con lo que no podré entender jamás: lo eterno... y exterminar el tiempo que tanto me duele.

Ahora hay aplausos, bullicio, movimiento de hormigas que huyen del hormiguero incendiado... yo también debería moverme... pero bien podría camuflarme y permanecer...

...

---------Pausa para hablar de fruslerías con el niño de los tres triángulos en el nombre-----------------


Ahora que Alan se ha ido, puedo volver a verter este fluido negro sobre el papel no tan inmaculado... Por cierto, olvidé preguntarle cosas importantes, pero creo que siempre lo olvido... y en realidad casi nunca hablamos en serio... es como si desarrolláramos dos monólogos simultáneos en un espacio común: el uno frente al otro... pero no hay necesidad de nada de eso que suelen hacer los demás... nuestra hermandad va más allá... es el silencio lo que nos une, más que las palabras, y unas cuantas cosas más que justo ahora no podría definir...

Pero debo escribir la pregunta: ¿Crees que el abismo sea más capaz de unirme a alguien que cualquier puente?

Claro que eso es un asunto muy aparte... pero al final él vino a romper con mi divague... supongo que ahora sí debo parar...

Además, se termina la tinta...

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