martes, 18 de noviembre de 2008

Un besito... inocente

I

Hoy no desperté a tiempo para llegar a mi clase de Medieval (literatura medieval) con Jean Gerard...

Corrijo: sí me desperté a tiempo (creo que eran las 5: 30 am), pero al sentir ese frío desgarrador me desanimé y decidí dormir hasta que la mañana fuera menos cruda, menos asesina...

Cuando volví a abrir los ojos, eran las 9.

Cualquier otro día me hubiera puesto histérica (más de lo normal) y me habría bañado en cinco minutos, vestido en 5, desayunado en diez y llegado a la escuela en los cuarenta restantes para las 10:00, que es cuando comienza la temible clase de Corrientes de la Lingüística II; pero hoy no, sólo tomé el teléfono y llamé a Alfredo: se me hizo tarde...

Después de avisarle, podía tomarme con más calma la rutina matinal.

Salí de casa sin saber la hora exacta...

Cuando ya estaba cerca del centro noté que el tráfico era horrible, pero no me alteré, seguí leyendo el poemario del doc-direc... Después de un interminable camino entre bocinas de autos sonando desquiciadas llegué a mi destino. Caminé despacio (a veces hay que deshacerse de las prisas).


II

Hace ya unos años que soy admiradora de un trovador llamado Gerardo Pablo...

Asistí a alguno de sus recitales en el Teorema (los locales sabrán de lo que hablo) y ahí fue que su voz, su presencia de niño tímido, su sonrisa bonachona y sus canciones, me enamoraron... Un amor platónico, claro...

Soy tímida, por no decir rancherísima, así que nunca me atreví a pedirle una foto o nada... soy de esas admiradoras que permanecen en los rincones oscuros.

Cuando se puso de moda el maizpeis, lo encontré y lo agregué como amigo... ahí quedó todo... él ya no andaba por aquí y ya saben lo que se dice: amor de lejos... (jajajajaja)


III

Llegué al dulciamargo Collhi. Afuera el sol oblicuo de otoño cegaba bastante como para que yo cruzara la puerta con los ojos entrecerrados, pero no lo suficientemente deslumbrada como para dejar de notar a mi Loup ahí, enfrente, acompañado de (¡oh, dios!) ... de... Gerardo Pablo...

Como el dulce caballero que es A, me presentó a su amigo. Ya saben, saludo de mano y luego el típico beso en la mejilla...

Me quedé pasmada, con una sonrisita boba. Gerardo Pablo ya se iba... pero me había dado un besito...


IV

Le conté al Licántropo y sonrió...

Después fuimos a hacer un montón de las cosas que teníamos que hacer antes de mi clase de Morfo II (uuuuuuhhhhhh): devolver libros a la bibloteca, comprar diarios y besarnos un poco...

Yo pensé que Puebla es muy chiquita... bueno, lo confirmé... y además está la cuestión aquella de que mi Lobo conoce a media ciudad...

Ja, si alguna vez aspiré a tener un poco de privacidad, creo que es hora de irme olvidando de eso...

Claro que sí le veo el lado positivo, de no ser por eso, Gerardo Pablo no me habría dado ese besito (suspiro...).


V

No te pongas celoso, J.A., sabés que es a vos a quien amo...


3 comentarios:

Alfredo Godínez dijo...

=)Gracias amor.
Te amo.
Qué bueno que mi no privacidad por primera vez te haya provocado un suspiro.
Te amo mucho.

Marcelo dijo...

Solo invado para decir que me gustó la historia de tu dia!
Un saludo

Alfredo Godínez dijo...

También soy tu admirador.
Te amo.