jueves, 24 de julio de 2008

Acabo de beberme el último trago de café caliente; ahora muero de sueño...

Esta tarde llovió como si el condenado cielo fuera a caerse - aunque el cielo como tal no exista y mucho menos se caiga, pero es una expresión chistosa que me gusta por lo fatalista que suena- y me salvé de una colosal mojada de no ser porque me colé a la presentación de una novela justo unos minutos antes de que el diluvio comenzara...

Esta época de lluvias me saca lo achacosa. Con tanta humedad creo que me estoy infestando de herrumbre...

Recuerdo los no muy lejanos días en que gustaba de ensoparme sin ningún cuidado y luego volver a casa con la ropa pesada pegada al cuerpo... ahora uso paraguas negro... pero a veces me entra la nostalgia (¿se dice entra?)... claro que con la vejez acechando, corro el riesgo de adquirir una deliciosa neumonía y nada me asegura sobrevivir para contarlo...

Escribo ahora para no perder la forma... porque de tener ideas, no tengo muchas... ando más bien como en stand by... y cada vez mis ojitos resisten menos...

Y quiero más café...

No hay comentarios: