martes, 29 de abril de 2008

Ese cielo...

Llámenle como quieran: panteísmo egocéntrico, sincronicidad, paranoia, malviaje...es lo de menos... ni yo sé cómo llamarle... pero existen días así, en que las nubes grises se arremolinan en el cielo de tal forma que uno no puede sino sentirse intimidado, como si los caprichos meteorológicos presagiaran en verdad algo oscuro... claro que esa sensación puede asociarse a a alguna reminiscencia de supersticiones primitivas que se arrastran sin que se sea muy conciente de ello (o de ellas), o a la compulsión de hacer todo más poético... claro que cabe la posibilidad de que haya escuchado esto de alguien más - de los labios de un nigromante, por ejemplo- o que lo haya leído en las páginas de García Márquez -porque seguro que eran de García Márquez...

Pero claro, tenía que perder el hilo y empezar a reflexionar "fuera del recipiente"... tengo que esforzarme un poco por recordar a qué venía todo esto...

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Por supuesto... hoy sentí un poco de inquietud cuando salí de casa y vi que la mañana estaba ventosa, ceniza y fría. Me estremecí y hubiera preferido quedarme entre las cobijas calientitas, pero había que ir a clase...

Por fortuna, no pasó nada... bueno... al menos nada que alterara el orden mundial... sólo vi la carita consternada de mi profe favorito... y después me di en la nariz con una prueba (no irrefutable, lo acepto) de que hay una conspiración... claro que yo veo conspiraciones en todos lados...

... Y claro, sé q las nubes indican que se avecina una tormenta, que no necesariamente tiene que ser una calamidad... espero...

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