domingo, 10 de mayo de 2009

Un domingo casi tan cualquiera como la que suscribe...

De repente se nubla, después del calor de rosticería. Corre un viento polvoso y hay música a todo volumen en la sala. Yo debería estar haciendo algún ensayo y en vez de eso (qué frase, debería instituirla como mi muletilla oficial) me pongo a ver en la red si acaso soy la única que parece no tener madre en pleno 10 de mayo.

También huele a comida.

Me desespero esperando que algo pase, que algo cambie la continuidad de las horas.

Nada pasa y mejor decido irme... Tal vez llueva.

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