domingo, 5 de octubre de 2008

Memoria

Hace cinco minutos tenía la idea de escribir algo. Luego pasó que miré hacia otro lado y cuando volví a fijarme en el resplandoroso monitor, la idea se había esfumado... Es algo que me pasa siempre, que me aterra y me llena de una angustia indescriptible (más allá del terror, más allá de cualquier cosa que se pueda imaginar). También me pasa que busco: cierro los ojos, los puños; me muerdo los labios; rasco mi cabeza salvajemente... No hay resultado.

Alguien me dijo una vez que si no retenía esa idea, tal vez no fuera lo suficientemente buena... Yo no estoy tan segura. Incluso a veces me olvido de cosas verdaderamente importantes, (como respirar) ¿y cómo no va a ser importante una idea?

Temo que la memoria se esfume, que al final, lo que tantas veces supliqué a seres inexistentes se esté cumpliendo: ¡Quiero poder olvidar todo!

Fue una necedad, pero a veces la memoria te condena y no es necesario morir para convertirse en un ánima vagabunda, fantasma o como mejor quede... Yo no quería ser algo así y ahora lo que temo es terminar como Leonard Shelby, el protagonista de Memento (gracias O'Farril)...

A fin de cuentas, creo, la memoria es de naturaleza fugaz... sino, ¿por qué el hombre se ha empeñado en desarrollar tantos y tan sofisticados métodos para salvar sus recuerdos?

Como siempre, divago... y muy lejos de lo que probablemente era mi idea original: la que nunca sabré cuál era...


1 comentario:

Marcelo dijo...

No sé cual era tu idea original, pero esta te salió redonda.
Un saludo